Ep 27: Busca el Lado Positivo
El episodio de hoy se trata de ver el lado positivo de las cosas. No se trata de ser andar por la vida como un pajarito, de andar en negación acerca de las cosas negativas a nuestro alrededor, de ser insensible frente a la desgracia de otros en nuestro entorno. Se trata de ser capaces de enfocarnos en lo rescatable de lo que nos pasa, en lo que nos sirve para crecer, en lo que aprendemos, en lo que ganamos y no en lo que perdemos.
En el mundo, a nuestro alrededor, en nuestra vida pasan cosas que quisiéramos que no pasaran, eso no lo podemos negar. El dolor existe, la pena, el sufrimiento, son reales. No estoy diciendo que los obviemos y hagamos como si no existieran, que nos hagamos inmunes a ellos y nos volvamos personas disociadas, adormecidas, como zombis felices. Esas experiencias están ahí para que podamos valorar las opuestas. Todos sabemos que la vida está llena de ciclos, las etapas de la vida, la muerte, las estaciones del año, las mareas, las ondas electromagnéticas, la respiración, las acciones en la bolsa, los cultivos en el campo, todo es cíclico. Es necesario que el agua se condense y suba al cielo y forme nubes para que pueda llover y luego evaporarse de nuevo y volver a realizar el mismo ciclo; el dia y la noche, la rotación de la tierra etc.
El punto es que no es necesario realmente ver o interpretar ciertas experiencias como negativas. Ya sé que hay cosas que pasan y son horribles y no quiero ser insensible ni minimizar tu dolor. Pero si toda tu vida fuera permanentemente feliz, no lo valorarías! No sabrías apreciar los momentos felices!
Para mí en todo caso, hay 2 desafíos:
1) Buscar el lado positivo en todas las situaciones que nos pasan, o en las que estamos inmersos día a día. Parece ser que es mucho más fácil ver el lado negativo de las cosas, pero recuerda que en lo que te enfocas, se expande. Por lo tanto, si te enfocas en lo negativo, vas a empezar a ver sólo cosas negativas. Es como cuando te compras un auto nuevo, y de repente, ves en la calle que está lleno del mismo modelo de auto. O si esperas que en un restaurant o en una tienda te atiendan mal, lo más probable es que recibas mala atención. O si un día de lluvia te mojas y pasas frío y estás seguro de que te vas a resfriar, lo más probable es que te resfríes. En lo que te enfocas, se expande. Atraes aquello en lo que piensas. Por el contrario si te esfuerzas por ver el lado bueno de las cosas, de las personas, de las situaciones, lo más probable es que descubras más cosas buenas de las que esperabas. A mi me pasa a veces en el trabajo. Cada cierto tiempo como que me empiezo a aburrir, y empiezo a ver todas las razones por las cuales no me gusta mi trabajo y cada vez encuentro más y más. Pero si paro y enumero todas las razones por las cuales tengo que estar agradecida de mi trabajo, empiezo a encontrar más razones por las cuales me doy cuenta de que en realidad me gusta! Un truco para ayudarte a enfocarte en lo positivo, que a mí me funciona muy bien es: No ver noticias. Desde enero de este año (2009) dejé de ver los noticieros en la televisión y de leer los diarios; y la verdad es que ya casi no veo televisión en general. Nunca he dejado de enterarme de las cosas importantes porque siempre hay alguien que me cuenta. De pronto encontré que tenía mucho tiempo (que antes siempre se me hacía escaso) para hacer muchas cosas que tenía pendientes desde hace mucho tiempo (como este podcast). Y nunca he sentido que no tengo tema de conversación por no estar “actualizada”, al contrario, como ahora tengo mucho más tiempo para aprender de las cosas que me interesan, tengo más tema de conversación de esas cosas que son de las que más me gusta hablar en primer lugar.
2) El segundo desafío es un poco más profundo para mí. En el primero lo que intentamos es ver el lado positivo de las cosas, personas y situaciones. Pero la verdad es que no es necesario clasificar nada como bueno o malo, como positivo o negativo. Estamos en la vida, en el mundo para vivir la vida, para experimentar todo lo que trae, para vivir las experiencias que unidas una tras otra son la vida. No es necesario clasificarlas como buenas o malas, porque a veces y estoy segura de que a muchos les ha pasado, algo que en un principio veíamos como “malo” o “negativo”, más adelante se transforma en algo “positivo”, decimos que al final fue para mejor. Qué podemos concluir de esto? Que en el momento en que nos pasan las cosas, en realidad no sabemos si más adelante va a ser para mejor, entonces, para qué deprimirse ahora!? Una técnica útil es preguntarse si eso que vemos como malo y que nos hace “sufrir” va a ser relevante en 5 años más? Va a importar incluso en 6 meses más? Al poner en perspectiva lo que nos pasa a veces nos damos cuenta de que en realidad, no es tan grave.
Hay una historia que a lo mejor la conocen pero se las quiero leer acá para apoyar esta idea de que las experiencias no son necesariamente ni buenas ni malas intrínsecamente. A mí me llegó hace tiempo por mail, se llama “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”, acá va:
"Una vieja historia habla de Lee, un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo escapó hacia las montañas. Para los vecinos de la comunidad eso era una desgracia. Se acercaron a Lee para condolerse y este les replicó: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe? Unas semanas después el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Ahora Lee tenía muchos caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Tiempo después, cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una tragedia. No así el labrador quién se limitó a decir: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas mas tarde estalló la guerra, el ejército entró al poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo de Lee con la pierna rota lo dejaron tranquilo. Los vecinos vinieron al felicitarlo por su buena suerte. Con su acostumbrada serenidad comenta: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?"
Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Un refrán dice: no hay mal que por bien no venga y un pensamiento japonés que dice: detrás de toda adversidad hay una bendición escondida. Aceptar lo que no podemos cambiar es más saludable que quejarnos. Fluir y no resistir. Finalmente, ¿qué es bueno y qué es malo?
Por ahora te dejo, hasta la próxima, y como siempre buen viaje!
PS: les recuerdo que pueden escribirme a larutadelavida@gmail.com o acá mismo en el blog.