La Ruta de la Vida

Este blog acompaña al podcast La Ruta de la Vida, que fue creado para compartir experiencias y aprendizajes que nos regala el camino que es la vida. Puedes encontrar el podcast en iTunes o en http://www.blubrry.com/larutadelavida

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viernes, 22 de mayo de 2009

Ep 35: Cumple tu Palabra y tus Compromisos: La Mejor Excusa es la Que NO se Hace

Hoy nos vamos a enfocar en una cosa en particular que puede cerrarte puertas, o abrírtelas si aprendes la mejor manera de hacerlo. Puede significar tu camino sin obstáculos hacia el éxito que buscas o tu estancamiento en donde no quieres estar…. Se trata de cumplir tu palabra, tus compromisos y aprender a no dar excusas.


Hay un artículo muy bueno al respecto de las excusas en la página que les comenté en el episodio pasado, www.yeartosuccess.com así que voy a dejar de nuevo el link en el blog, pero de todas maneras acá en el podcast voy a comentar algunas de las ideas de ese artículo, que traduje para ustedes. Aun no se si lo que hago es legal en términos de derechos de autor, pero me arriesgo porque creo que vale la pena.


Por definición, una excusa es una explicación que se ofrece para justificar alguna falta o para obtener perdón por alguna falta. En su verdadero significado entonces, una excusa no es realmente nada más que una razón. Pero una excusa se puede convertir en un obstáculo en tu camino hacia el éxito cuando se usa en vez de tu mejor esfuerzo o cuando se usa como el objeto de la culpa (cuando le echas la culpa a tu excusa y no asumes tu responsabilidad).


Veamos un ejemplo: Son las 3 de la tarde de un día lluvioso. Mientras Jaime va en camino a una importante reunión que tiene a las 4, su auto comienza a humear y se queda parado en la autopista. Luego de maldecir al radiador, al auto y al fabricante, Jaime llama a la grúa y consigue que remolquen su carro hasta el garage más cercano. Luego toma un taxi para llegar a la reunión, pero llega a las 4:45, 15 minutos antes de que la reunión terminara. 


Cuando le preguntan por qué llegó tan tarde, el comienza a culpar a su coche por descomponerse, a la grúa por llegar tarde, al garage por solicitarle que llenara demasiados papeles, y al taxi por haberlo llevado por el “camino más largo”. Despúes de que Jaime hubo terminado su lastimera historia, su jefe le responde: “Pobre, quieres un pañuelito para secarte las lágrimas?”. No es necesario decirlo, pero el nombre de Jaime no aparecerá considerado para ningún ascenso en el corto o mediano plazo.


Jaime, al igual que la mayoría de la gente, pensó que el hecho de que su auto se descompusiera estaba absolutamente fuera de su control y que de seguro era una buena excusa para justificar su llegada tarde a la reunión. Él pensó que incluso con el solo hecho de llegar después de tal experiencia, su jefe iba a estar impresionado. Hizo lo que la mayoría de la gente “normal” hubiese hecho en la misma situación.


Pero recuerda que una persona exitosa no es “normal”. Él o ella es parte de aquel 2% de la población que deja impresionados al resto. Ahora, dada la misma situación, un Jaime “exitoso” sabrá que ninguna excusa es una buena excusa y que la mejor excusa es la que nunca se da. Con esto en mente, además de llamar a la grúa, Jaime llama a su hermana, a quien persuade de llevarle su auto al garage donde está el y quedarse esperando que reparen su propio auto, mientras el toma el auto de su hermana para ir a la reunión a la que llega justo a tiempo.


A pesar de tus mejores esfuerzos, en ocasiones te van a pedir una explicación, o una excusa para explicar una falta que hayas cometido. En otro escenario, el Jaime exitoso, a pesar de su mejor esfuerzo, igual se pierde los primeros 45 minutos de la reunión. Cuando su jefe le pregunta por qué llegó tarde, él responde, “Problema con el carro. La próxima vez que escuche a mi coche hacer sonidos extraños, lo voy llevar al mecánico para que lo revisen de inmediato, y no dejar que se descomponga en el momento menos indicado. Te pido disculpas de verdad.” El jefe le contesta, “Bueno, tu auto se echó a perder, no hay nada que pudieras hacer al respecto. No te preocupes, a todos nos puede pasar.”


Fíjate cómo en este último escenario, a pesar de haber llegado tarde, Jaime asume la responsabilidad de faltar a la reunión y no le echa la culpa a alguien o a algo más. Tampoco se revuelca en la culpa ni se tortura por su error. Jaime se da cuenta de que cometió un error al tomar las medidas necesarias para mantener su vehículo en buenas condiciones y se perdonó a sí mismo. 


En el caso de Jaime, el faltó a un compromiso de su trabajo, que podría considerarse como un compromiso impuesto externamente. Pero hay veces en que uno mismo se compromete a algo, sin que sea “obligación” hacerlo. Pueden ser cosas pequeñas, como por ejemplo “te llamo por teléfono el sábado para ver si salimos a comer en la noche”, “a más tardar a las 11 te aviso si voy o no”, “la próxima semana te pago lo que te debo”, “el viernes te devuelvo el libro que me prestaste”, etc. Cuántas veces te ha pasado que no llamas el sábado, que no avisas antes de las 11, que no pagas lo que debías a la semana siguiente ni devuelves el libro el viernes?


Es muy importante, para generar lazos de confianza, que seas capaz de cumplir tu palabra incluso en las cosas más pequeñas. Que los demás sepan que pueden confiar en ti, que pueden contar contigo, que cumples. A veces no le damos importancia a esos pequeños compromisos porque pensamos que son cosas irrelevantes pero aunque no nos demos cuenta, el cumplir o no cumplir hasta los más pequeños compromisos va modelando tu identidad frente a los demás, y la calidad de tus relaciones. Piensa en esto, quieres ser visto como alguien confiable? Usa esto a tu favor y comprométete espontáneamente en pequeñas cosas y cúmplelas. Puede ocurrir que en ocasiones realmente no puedas cumplir tu compromiso, es algo que pasa y tampoco somos superhéroes. Pero es importante dar las explicaciones correspondientes y fijar un nuevo compromiso. No hacerse el loco y omitir esa conversación. Por ejemplo, “por favor discúlpame, pero sabes que tuve un inconveniente y no te voy a poder pagar esta semana, puedo pagarte la próxima?”, “puedo devolverte el libro el sábado en lugar del viernes?”. Para vivir la vida que soñamos, es importante cuidar las relaciones con los demás, generar confianza y demostrar respeto y para eso es fundamental cumplir tu palabra y tus compromisos.


La próxima vez que te pidan una excusa por algo, piensa en la otra persona y ahórrale los detalles que sólo son importantes para ti. Mejor aún, usa tu creatividad para evitar la necesidad de tener que dar excusas y vas a darte cuenta de que la gente te trata con el respeto que te mereces.


Hasta la próxima, cumple tu palabra y buen viaje!!!!

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